36 meses

¡Feliz3er cumpleaños! Durante los primeros 1.000 días de vida, o desde el nacimiento hasta los tres años, el cerebro de tu hijo pequeño experimenta un rápido crecimiento. A los tres años, el cerebro de tu hijo alcanza aproximadamente el 80% de su tamaño adulto. Este rápido desarrollo cerebral es una señal de las capacidades cognitivas, las habilidades motoras y los métodos de comunicación de tu hijo. Entre los tres y los cinco años, el cerebro de tu hijo seguirá creciendo hasta alcanzar aproximadamente el 90% de su tamaño previsto. Durante este tiempo, tu hijo estará preparado para emprender una nueva aventura con el preescolar. En el apartado Necesidades nutricionales y Rincón del cuidador de esta sección, encontrarás algunos consejos para fortalecer el sistema inmunitario de tu hijo y mejorar sus defensas naturales contra los gérmenes tan extendidos en la escuela.

Hitos del desarrollo

  • Social y emocional: A los 3 años, tu hijo será capaz de calmarse y tranquilizarse por sí mismo tras pasar unos 10 minutos separado de ti.
  • Lenguaje y comunicación: Tu hijo pequeño empezará a ser más inquisitivo y a hacer preguntas, como “quién”, “qué”, “dónde” o “por qué” ocurre algo. También podrán decir su nombre de pila cuando se les pregunte.
  • Aprender y pensar: Tu hijo aprenderá de las experiencias a evitar objetos peligrosos, como tocar una estufa caliente o cerrar una puerta con demasiada fuerza.
  • Movimiento y desarrollo físico: Tu hijo ensartará objetos de forma independiente para hacer arte o joyas, se pondrá la ropa por sí mismo y utilizará el tenedor para comer.

Necesidades nutricionales

Favorece un sistema inmunitario sano

El apoyo al sistema inmunitario de tu hijo puede ser muy diferente en cada época del año. Algunas formas de poner en marcha la salud de tu hijo son las comidas. Desde incluir una variedad de frutas y verduras enteras hasta probióticos, he aquí algunas formas de ayudar a tu hijo a estar preparado para el colegio este próximo curso.

    • Dieta sana. Una dieta sana y variada que incluya frutas, verduras, cereales, proteínas y lácteos, ofrece una gran variedad de vitaminas y minerales. Las vitaminas y minerales que tu hijo obtendrá en los alimentos que ingiera favorecerán su salud general y su crecimiento. Inspira a tu hijo para que explore y experimente nuevos y excitantes sabores. Cada bocado es un paso más hacia una salud óptima.
    • Probióticos. Los probióticos se consideran organismos activos que se encuentran en alimentos como el yogur, el kéfir, el kimchi, los pepinillos y muchos otros alimentos fermentados. Incluir probióticos en la dieta de tu hijo puede ayudar a añadir diversidad a su microbioma. El microbioma es el entorno de las bacterias buenas que desempeñan un papel activo en el sistema inmunitario. Cuando incluimos más bacterias útiles en el intestino, podemos reforzar las defensas naturales de nuestro organismo.
    • Vacunas. Llevar regularmente a tu hijo a sus citas sanitarias puede garantizar que reciba todas las vacunas en el momento adecuado. Las vacunas son necesarias para fortalecer el sistema inmunitario de tu hijo y prevenir infecciones graves por virus. Si tienes preguntas o dudas sobre determinadas vacunas, habla con tu equipo sanitario para comprender mejor cómo funcionan estas vacunas y cómo protegen a tu hijo contra las enfermedades contagiosas.

Aumenta la inmunidad

Incluir en la dieta de tu hijo alimentos ricos en vitaminas y minerales es una forma estupenda de reforzar su sistema inmunitario antes de ir al colegio. Tres vitaminas y minerales clave que favorecen un sistema inmunitario sano son la vitamina D, la vitamina C y el Zinc.

    • Vitamina D. Una cantidad adecuada de la “vitamina del sol”, la vitamina D, protege a tu hijo de bacterias y virus. Pasar de 10 a 15 minutos al sol puede ayudar a tu hijo a fortalecer su sistema inmunitario y a crear cantidades adecuadas de vitamina D. Incluir alimentos como pescados grasos, huevos y leche y zumos enriquecidos con vitamina D puede ser otra forma de obtener cantidades adecuadas de vitamina D en la dieta de tu familia.
    • Vitamina C. La vitamina C es esencial para el crecimiento y la reparación de todas las células y tejidos del organismo. Tomar cantidades extra de vitamina C puede que no evite que tu hijo enferme, pero puede limitar la duración o gravedad de las enfermedades. Considera la posibilidad de incluir cítricos, fresas, tomates, pimientos, brécol, coles de Bruselas y kiwis, todos ellos ricos en vitamina C, para un refuerzo inmunitario adicional.
    • Zinc. El zinc es un mineral necesario para favorecer las funciones inmunitarias y resistir a las enfermedades infecciosas. Se recomienda que los niños empiecen a comer alimentos ricos en zinc a partir de los 6 meses, ya que el organismo no puede fabricarlo de forma natural. Los productos animales, como la ternera, el cerdo, el queso, el yogur y el pescado, son grandes fuentes de zinc, así como las fuentes vegetales, como los cereales enriquecidos con zinc, las lentejas y las legumbres.

Preparación para la escuela

A la hora de formar hábitos saludables, hay algunos que conviene fomentar y que pueden proteger contra los gérmenes. Los niños pequeños y en edad preescolar tienen entre 8 y 12 infecciones respiratorias, infecciones estomacales o conjuntivitis en el plazo de un año desde que van a la escuela. Ayuda a tu hijo enseñándole algunos de estos hábitos saludables para limitar la rapidez con que se propagan los gérmenes.

    • Buena higiene. Anima a tu hijo a lavarse las manos con regularidad, sobre todo antes de comer y después de toser o estornudar. Enseña a tu hijo a estornudar o toser en el codo para evitar la propagación de bacterias. Limpia siempre los utensilios, los productos y el equipo de cocina para evitar la propagación de más gérmenes.
    • Mantente positivo. El estrés en casa puede hacer que los miembros de tu familia sean vulnerables a las infecciones. Mantén una perspectiva positiva para fomentar el cambio y mitigar el estrés que pueda sentir tu hijo a medida que crece. Algunas técnicas para ayudar a tu hijo a controlar los sentimientos de ansiedad o depresión son la meditación, escuchar música o escribir un diario para aliviar el estrés.
    • Fomenta el sueño. Dormir bien es un comportamiento saludable que favorece el bienestar general. Los niños y los adolescentes necesitan de nueve a catorce horas de sueño cada noche para promover su salud y crecimiento. Cuando tu hijo está bien descansado, puede producir anticuerpos que le ayudan a combatir las infecciones y a mantenerse sano.
    • Crea un plan. Habla siempre con tu equipo sanitario para diseñar un plan sobre qué hacer cuando tu hijo enferme. Pregunta qué medicamentos sin receta debes tener en casa para aliviar los síntomas cuando aparezcan. Saber exactamente a qué hospital o clínica de urgencias acudir en caso de necesidad.

Actividad de compromiso familiar

  • Las vacunas utilizan el sistema inmunitario de tu cuerpo para crear resistencia a infecciones específicas. Funcionan exponiéndote a pequeñas dosis de formas muertas o debilitadas de virus y bacterias, lo que hace que tu cuerpo construya una defensa contra estos invasores extraños. Los niños que no reciben vacunas tienen más probabilidades de contraer enfermedades extremadamente contagiosas y potencialmente peligrosas.
  • Los CDC tienen una lista de vacunas recomendadas para que tu hijo reciba de 0 a 6 años durante sus visitas regulares al médico. Pide siempre una copia de la cartilla de vacunación de tu hijo para asegurarte de que recibe todos los tipos y dosis recomendados aquí.

Rincón del cuidador

La Dra. Jennifer Lammers es Doctora en Medicina Osteopática en el departamento de Medicina de Urgencias Pediátricas de CHRISTUS Children. En este vídeo del Rincón del Cuidador, el Dr. Lammers ofrece consejos prácticos para preparar a tu hijo para ir al colegio.

    • Fomenta buenos hábitos para proteger a tu hijo de los gérmenes a los que está expuesto en el entorno escolar.
      • Fomenta una buena higiene de las manos que incluya lavárselas regularmente con agua y jabón o utilizar un desinfectante de manos cuando no haya agua y jabón.
      • Evita compartir alimentos y bebidas que puedan provocar la rápida propagación de los virus de un niño a otro.
      • Mantente al día de todas las vacunas para reforzar la respuesta inmunitaria de tu hijo cuando se exponga a otros gérmenes.
    • Ten a mano medicamentos sin receta para cuando tu hijo enferme.
      • Utiliza analgésicos, como Tylenol o Motrin, para aliviar la fiebre, las molestias o el dolor.
      • Ten a mano antihistamínicos, como Benadryl o Zyrtec, para tratar las reacciones alérgicas.
    • Apoya su sistema inmunitario con sueño regular, actividad física y revisiones médicas.
      • Ayuda a tu hijo a mantener una rutina diaria, como despertarse y dormir a la misma hora todos los días. Si tu hijo no va a la guardería, esto puede ser nuevo para él y puede tardar algún tiempo en adaptarse.
      • Realizar actividad física todos los días puede reducir los niveles de estrés y controlar el riesgo de enfermedades crónicas que debilitan tu sistema inmunitario.
      • Lleva a tu hijo a sus revisiones anuales de bienestar. A los 3 años, la frecuencia de las visitas al médico suele pasar de cada 6 meses a una vez al año. Durante estas visitas, los profesionales sanitarios realizarán un reconocimiento médico para asegurarse de que tu hijo en crecimiento está sano.