El programa Pasos Sanos de Texas recomienda que la próxima revisión con tu pediatra se programe hacia los dos meses de edad. Durante este tiempo, tu bebé puede haber pasado por dos periodos distintos de crecimiento rápido. El primer estirón suele producirse en torno a las 2 o 3 semanas de vida, y el segundo, en torno a las 6 u 8 semanas. Recuerda que algunos signos de un estirón pueden ser el aumento del hambre, las tomas agrupadas y la inquietud general. Puedes empezar a sentir la presión de tu bebé con su mayor necesidad de comer y su llanto constante. Ten el valor de pedir apoyo a tu comunidad. Ya sea alguien que te recoja la compra, te traiga la cena o haga de canguro durante unas horas mientras te recuperas del sueño, ¡no tengas miedo de pedir ayuda!
A los dos meses, los hitos del desarrollo pueden dividirse en cuatro categorías:
Puede que hayas oído hablar del DHA y el ARA o que hayas visto estos ingredientes en los biberones de leche artificial. Pero, ¿qué es? DHA significa ácido docosahexaenoico y es un ácido graso insaturado omega-3 a menudo emparejado con el ácido araquidónico, o ARA, un tipo de ácido graso insaturado omega-6. Tanto el DHA como el ARA favorecen el desarrollo de los ojos, el cerebro y el sistema inmunitario de tu bebé. Estas dos grasas pueden fabricarse en el organismo a través de fuentes alimentarias y se encuentran de forma natural en la leche materna. Como los bebés no pueden comer alimentos sólidos en los primeros seis meses de vida, se añaden DHA y ARA a la fórmula para imitar la leche materna y favorecer el desarrollo saludable de tu bebé. Una forma de garantizar que el bebé amamantado reciba suficiente cantidad de estos potentes nutrientes es incluir más fuentes de DHA y ARA en la dieta de la madre lactante. Alimentos como el pescado graso, las carnes magras y los huevos son fuentes ricas en DHA y ARA.
La vitamina D es una vitamina que trabaja con el mineral llamado calcio para construir huesos fuertes. Los lactantes de hasta 12 meses necesitan 400 Unidades Internacionales (UI) diarias, mientras que los niños pequeños de hasta 24 meses o dos años necesitan 600 UI diarias de vitamina D. Una carencia de este nutriente crucial puede provocar raquitismo, una enfermedad que reblandece y deforma los huesos, lo que suele dar lugar a piernas arqueadas. Los bebés alimentados únicamente con leche materna o que toman menos de 32 onzas de leche de fórmula al día no reciben suficiente vitamina D. Se recomienda que estos bebés se suplementen con gotas líquidas adicionales de vitamina D poco después de nacer para alcanzar su ingesta diaria recomendada. Si eres una madre lactante, pregunta a tu pediatra por las marcas de suplementos de vitamina D que te recomendaría.
El zinc es un mineral esencial que ayuda a desarrollar el sistema inmunitario de tu bebé, los procesos de cicatrización de heridas y el sentido del gusto y el olfato. Los niveles de zinc son elevados en la leche materna después del nacimiento, pero disminuyen constantemente durante los seis primeros meses de vida. Los preparados para lactantes suelen estar enriquecidos con zinc para satisfacer las necesidades diarias de nutrientes de tu bebé. Una vez que tu bebé esté preparado para comer estos alimentos, una forma de asegurarte de que ingiere suficiente zinc es ofrecerle alimentos ricos en zinc, como carnes, legumbres, lácteos, pescado y cereales infantiles enriquecidos con zinc. La Cantidad Dietética Recomendada de zinc a los seis meses de edad es de unos 3 miligramos al día. El zinc puede encontrarse en alimentos como la ternera, el cerdo, el pavo, los cereales de desayuno enriquecidos y las lentejas.
El hierro es un mineral que produce hemoglobina para los glóbulos rojos y mioglobina para los tejidos musculares. Muchos recién nacidos a término tienen suficientes reservas de hierro en su organismo para los seis primeros meses de vida. Los bebés nacidos prematuramente o antes de tiempo pueden necesitar más hierro para cubrir sus mayores necesidades. Sin suficiente hierro, un bebé puede experimentar un cambio en su crecimiento y desarrollo medio. Los fabricantes de fórmulas han enriquecido sus fórmulas líquidas y en polvo con hierro adicional para prevenir estas afecciones. Por otra parte, la leche materna no ofrece suficiente hierro, por lo que tu bebé necesitará una fuente externa de hierro hacia los seis meses. Esta fuente externa puede ser a través de suplementos minerales líquidos o de los alimentos infantiles que empiezan a comer. Habla con tu pediatra si tu bebé no recibe suficiente hierro.
El Dr. Brian Bates, médico del departamento de Medicina de Urgencias Pediátricas de CHRISTUS Children’s, comparte valiosos consejos sobre cuándo programar una visita con tu pediatra. He aquí algunos consejos del Dr. Bates que pueden ayudarte a determinar si los síntomas de tu hijo requieren la asistencia inmediata de un profesional cualificado. Algunas afecciones que requieren atención inmediata son:
Si tu bebé sufre estas afecciones, busca atención médica inmediatamente llamando al 9-1-1 o llevando a tu hijo al servicio de urgencias más cercano. Si tu bebé no presenta ninguna de estas afecciones, llama a tu pediatra para que te ayude a determinar las mejores medidas para cuidar de él.